Blogia
historias-troyanas

Perdemos la juventud

Perdemos la juventud el día que dejamos de ser ácratas; el día que comenzamos a comprender y a disculpar al sistema.
Perdemos la juventud el día que dejamos de soñar con el paraíso en la tierra, un paraíso para todos; el día que empezamos a llamar con desprecio utópicos a los que siguen soñando; el día que se nos despierta el sentido práctico y entramos en el juego y aceptamos las reglas.
Perdemos la juventud el día que nos levantamos dispuestos a vendernos al mejor postor y al mejor impostor; el día que nos doblemos a la sinrazón de la fuerza y del chantaje.
Perdemos la juventud el día que admitimos que todo y todos tenemos un precio; el día que estemos dispuestos a vender cualquier cosa, si no por un plato de lentejas, por unos kilos de papel.
Perdemos la juventud el día que aceptamos al ganador y no damos un duro por una causa perdida.
Perdemos la juventud el día que aceptemos que esto es lo que hay, que siempre ha sido así y que no se puede hacer nada para cambiarlo.
Perdemos la juventud el día que nos miremos a un espejo y no se nos caiga la cara de vergüenza porque hemos perdido la vergüenza. Perdemos la juventud el día que miramos alrededor y sólo vemos lo que puede verse; el día que alargamos la mano y sólo tocamos lo que puede tocarse.

Perdemos la juventud el día que el mundo deja definitivamente de ser mágico

(Jesús Quintero)

7 comentarios

troyana -

Antígona,
sí, puede que sean exigentes esas conciciones,pero conozco personas de diferentes edades( a partir de los 40,en los 50,en los 60,en los 70....) y no han claudicado.Un ejemplo inspirador para mí es el de Jose Luis Sampedro,que ronda los 91 años y es una de las personas más "jóvenes", luchadoras y reivindicativas que conozco (por desgracia,no personalmente)un ejemplo de que envejecer no ha ser sinónimo de ser más complaciente y benévolo con el sistema.
Es cierto,que muchas ilusiones o expectativas se ven traicionadas,pero como dices hay que estar alerta para no ceder al desaliento y mucho menos,al cinismo.No hay nada peor que tomar la experiencia como aval para burlarse de los sueños y las ilusiones de "los jóvenes",independientemente de su edad.La prepotencia a menudo es un refugio de los desesperados,para la humildad y la lucha,hace falta más corage.
Otro beso y otro abrazo para ti!

Antígona -

Son exigentes las condiciones que plantea Jesús Quintero para seguir siendo jóvenes. Pero no me queda más remedio que suscribirlas una a una, tan verdaderas me parecen todas ellas.

Es cierto que, conforme nos vamos haciendo mayores, no podemos dejar de perder ciertas ilusiones. Ilusiones que probablemente eran falaces y que sólo se sostenían sobre nuestro insuficiente conocimiento del mundo, de nuestros semejantes. Al cabo de los años uno se ha adiestrado además, cómo si no se podría sobrevivir, en el arte de encajar la frustración y la decepción.

Y sin embargo, estoy convencida de que ese natural proceso de maduración no tiene por qué desembocar, como muchos piensan, en el desencanto o el escepticismo, en la negativa a seguir alimentando ilusiones, en la aceptación grosera de todo lo dado como si se tratara de algo inamovible. Pero supongo también que hay que luchar contra uno mismo para que eso no suceda, y estar siempre en pie de guerra frente al desaliento y al cinismo.

Luchemos por seguir siempre jóvenes hasta el día de nuestra misma muerte. No sé si dejaremos por ello un bonito cadáver, pero seguro que habremos tenido una vida mejor que quienes envejecen sin darse cuenta y asumen como lógica esa vejez.

Un beso y un abrazo

Alex -

No te preocupes, ya habrá ocasión de hablar cara a cara. Prometí avisarte cuando vaya por tu ciudad. Será un placer compartir cafés o cervezas contigo.

troyana -

Ay Alex,cómo me dijo hace poco Atikus,ojalá pudiéramos seguir esta conversación en un café....
Tod@s con el paso del tiempo corremos el riesgo de perder cierto vigor y rebeldía.
La sociedad materialista,competitiva y alienante nos domestica y nos traza un camino con escuadra y cartabón.Pobres de quienes no sigan a pies puntillas los silenciosos dictámenes que el sistema impone solapadamente.
Ésos tendrán que recorrer un camino angosto,mucho menos transitable,lleno de obstáculos y desafíos,una lucha agotadora que a veces sólo se hace sostenible porque algunos de esos "insensat@s" siguen creyendo que lo único que tienen es su vida y además como bien dices, el mundo es mágico y no totalmente mecánico y controlable.
Ese egoísmo al que aludes es una lacra muy extendida y poco reconocida en nuestros días,especialmente en Occidente:la gente deja de dar a los demás lo que tiene dentro,porque le domina el miedo y la desconfianza.
No somos al 100% responsables,porque el miedo es una doctrina que se enseña y se inculca.
Hemos aprendido a desconfiar hasta de nosotros mismos,y así,es muy complicado ser libres y félices.
Pero tienes razón en todo,y pese a este aparente pesimismo,en el fondo,hay una parte de mí,que suscribe cada una de tus palabras.
1 abrazo

Alex -

Nunca aceptes las reglas, Troyana. Nunca, hazme caso. Nunca pases por el aro y nunca dejes de querer y de sentir, porque entonces no habrá remedio.

El mundo es mágico y pasan cosas asombrosas en cuestión de días u horas. Los que dejan de creer (comprensible su aptitud, la realidad es jodida) dejan de darse. Y ese el peor signo de egoísmo: Dejar de dar a los demás todo lo que tienes dentro.

Besos, Troyana.

troyana -

Felicidades pues Thabitha!
yo espero no ser excesivamente complaciente con el sistema.Hay infinitas formas de protesta,también el silencio puede ser una de ellas.
Se trata al fin y al cabo de vivir nuestra vida libremente,con conciencia crítica,sin ser pasto de manipulaciones partidistas.
Lo que ocurre es que a veces no resulta sencillo porque en ocasiones no somos totalmente conscientes de esa "obediencia ciega" hacia el sistema,y siempre es bien recibido cualquier estímulo que nos despierte y nos sacuda.
bss

Thabitha -

Bien!! Aún soy joven!! Jaja. Grandes palabras.
Saludos!