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Registros de memoria poética

Registros de memoria poética

De "la Insoportable levedad del ser" de Milan Kundera en su día anoté estas ideas:

"Parece como si existiera en el cerebro una región totalmente específica que podría denominarse "memoria poética" y que registrase aquello que nos ha conmovido,encantado, que ha hecho hermosa nuestra vida"

" Nuestra vida cotidiana es bombardeada por casualidades,más exactamente por encuentros casuales de personas y acontecimientos a los que se llaman coincidencias.Co-incidencia significa que dos acontecimientos inesperados ocurren al mismo tiempo, que se encuentran: Tomás aparece en el restaurante y al mismo tiempo suena la música de Beethoven.La gente no se percata de la inmensa mayoría de estas coincidencias.Si en el restaurante estuviera el carnicero local en lugar de Tomás, Teresa no se hubiera dado cuenta de que en la radio sonaba Beethoven(...) Sin embargo, el amor, que se estaba aproximando, habrá exacerbado su sentido de la belleza y ella ya nunca olvidará aquella música.Cada vez que la oiga se conmoverá.Todo lo que ocurre en ese momento a su alrededor estará iluminado por aquella música y se hará hermoso".

Todos tenemos impresas en el cerebro las huellas de innumnerables coincidencias, a veces incluso de manera totalmente inconsciente, y todas esas huellas contribuyen a que sintamos predilecciones,¿por qué si no sentimos una debilidad significativa por unas ciudades,unos barrios,una calle, un café? Y aunque hoy por hoy,el ritmo de nuestros pasos nos convierta en sentimentales fallidos y sentir más que un atributo se convierta en una debilidad,lo cierto es que esas huellas están impresas en la memoria y en el momento de la predilección no siempre se percibe ese pequeño tirón,inconsecuente o ilógico,de la emoción.

Os dejo una canción mediterranea que habla de una calle,de una cidad,en la que más de un@, se ha dejado la vida por sus rincones...

5 comentarios

Ainhoa -

Sí, dejaste un comentario en mi blog, en la entrada en la que hablaba sobre ese horrible centro comercial que han construido allí, en Las Negras.
En este caso, a mí tampoco me decepcionó la película. Además, tuve la suerte de verla con una amiga que es de Praga, por lo que resultó todavía más interesante.
Besos.

troyana -

Ainhoa, la novela a mí me encantó,y lejos de lo que suele ocurrir con las adaptaciones cinematográficas, la peli no me decepcionó.
"Demian" lo leí hace muchos años, pero supongo que si lo leyera ahora extraería nuevas interpretaciones y puede que incluso subrayaría otros párrafos que en aquel momento me pasaron inadvertidos.Las elecciones y las predilecciones seguramente serían otras porque yo tampoco soy la misma,al menos no al 100%.
Por otro lado,las canciones las asociamos a imágenes,a momentos concretos(¿ya te dije lo mucho que me gustaron Las Negras en Cabo de Gata?)y sí, es extraño y fascinante.
Bss

Ainhoa -

A mí me pasó con esta novela algo parecido a lo que me contabas que te ocurrió a ti con "Demian". La leí hace más de diez años y desde entonces la he leído dos o tres veces más, y cada vez que lo hago encuentro cosas nuevas.
Coincidencia o no, ayer estuve esbozando una entrada para mi blog que habla de la forma en que algunas canciones, cuando las escucho, me transportan a ciertos paisajes. No puedo evitar, por ejemplo, que cada vez que escucho los primeros acordes de "Should I stay or should I go" de The Clash sienta que estoy en el Cabo de Gata, de la misma forma que Teresa cada vez que escuche a Beethoven pensará en Thomas. Es extraño y fascinante a la vez. Pura emoción.
Besos

troyana -

Así es, Antígona,somos seres subjetivos y emocionales,cualquier experiencia pasa por el filtro de la emoción,también el recuerdo,que tan dulcemente nos miente.Y aunque la emoción esté tan desacreditada,y cotidianamente nos manejemos con las fórmulas de la racionalidad,me atrevo a pensar que sólo en los momentos decisivos nos abandonamos por completo a la manifestación del sentimiento.Así somos de extremos e irracionales en el fondo.
otro beso!

Antígona -

Hermosas y verdaderas las palabras de Kundera. Me sorprenden porque dan, se me ocurre, un sentido muy distinto a lo que vulgarmente entendemos por coincidencia. Solemos hablar de ellas cuando nos sorprende la inesperada conjunción de dos hechos. Pero también hay coincidencia cuando la conjunción se produce sin llamar nuestra atención en el momento en que sucede y luego, sin embargo, queda fielmente grabada en nuestra memoria, de manera que el sonar de una determinada melodía, o un olor -cuánta razón tenía aquí Proust- es capaz de evocar un pasado a él ligado que no recordábamos. O ni tan siquiera de resucitar nada, sino simplemente de generar una predilección de orígenes en principio desconocidos.

Me gusta, me gusta esa idea de que las predilecciones lo son por el fondo inconsciente y olvidado sobre el que se sostienen. Y me gusta porque me parece lúcida, iluminadora.

Que sentir hoy por hoy sea una debilidad... sospecho que, para nuestra desgracia, así es. Quizá porque el sentimiento puede verse como un obstáculo indeseable allí donde debe de imperar una racionalidad firme y decidida. Pero lo que dices, al hilo de Kundera, revela que nada seríamos sin nuestras emociones. Quien pretenda desprenderse de ellas o negarlas, sólo estará asistiendo a un vaciamiento de sí mismo.

¡Un beso!